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Me pregunto si este sentimiento es culpabilidad. Quizás solo es que me gusta estar triste y pasarlo mal.

Atarse

Cierto es que una persona no nos pertenece, que es libre. Pero hay veces que te atas a una persona y sientes que una pequeña parte de ella, es tuya. Esa parte que te piensa, que te cuida y que te quiere. La que te hace sonreír hasta que te duelen las mejillas, la que te hace sentir mariposas y la que te pide que la quieras con toda tu alma. ¿Pero qué pasa cuando esa parte ya no quiere ser tuya? ¿Y si sí quiere ser tuya, pero tú sientes que no? ¿Cómo te puedes deshacer de ese sentimiento?
He dejado que las inseguridades me comieran. He dejado que el miedo me invadiera y he olvidado que te quiero. Que te necesito. Que me haces vivir.
Soy de las que relaciona lugares con personas. Si he ido con alguien especial a algún sitio chulo, automáticamente en mi mente se registra como su lugar. Y no hay forma de que al volver, no piense en esa persona. Pero tú estás cambiando las cosas. Aunque vayamos a sitios que son de otros, yo pienso en ti. Y aunque descubramos sitios nuevos, esos sitios no son tuyos. El tiempo y la ciudad son nuestros. Te tengo tan en mi que no necesito acordarme de ti por un lugar. 

¿Otra vez?

Pues sí, ha vuelto a pasar.
Estaba yo intentando hacer un trabajo cuando las ganas de procastinar me han invadido. Así que he decidido que mirar los mensajes destacados de Whatsapp sería una gran idea. ERROR . Evidentemente ahí están mis mensajes favoritos tuyos. Hay de todo, la verdad: mensajes bonitos, mensajes duros, chorradas, reconciliaciones, imágenes, dibujos, sueños, deseos, listas, definiciones... Todos ellos encierran recuerdos de lo que compartimos por casi 3 años. Pero reencontrarme con ellos ha sido duro. Me duelen. Me he dado cuenta de cuánto ha cambiado tu forma de hablarme. Ya no hablo de usar apelativos cariñosos, que lo entiendo. Hablo de que ese deseo, esas ganas, esa ilusión..., los últimos tiempos ya no estaban allí. Y al leerlo me he dado cuenta de cómo de feliz me hacía leerlo y tenerte. Pero supongo que si tu actitud cambió, fue porque la mía también lo hizo. Yo sentía que daba mucho para recibir poco y vi que o cambiaba, o no iba a poder seguir. Y cambié y me volví en alguien que pa