Borrador 2

Creo que mi primera estría apareció cuando tenía 12 años. Pero la verdad es que nunca me han importado. Son parte de mi y me acompañan siempre.

Creo que son la única cosa en mi de la que nunca me he sentido insegura. Ni cuando gente más mayor que yo se avergonzaba de las suyas delante de mi. Simplemente pensé "es una pena que algo tan natural te avergüence tanto".

Y cierto es que estrías tengo muchas: en los brazos, en el pecho, la barriga, los muslos, las rodillas... Pero de verdad, son mías y explican mis cambios corporales y ¿qué más da? Me niego a avergonzarme de algo más que hay en mi cuerpo.

Centímetros de distancia, nada de ropa, unos dedos, caricias suaves, tiernas. Una sonrisa. Un susurro. "Me gustan tus estrías". Escalofrío. Piel de gallina. Te quiero.






(Borrador del 20 de mayo del 2017) 

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